Fomentar el liderazgo adecuado es una de las principales preocupaciones de la empresa. Esto afecta no solo el trabajo, sino también la motivación y el bienestar de los empleados.
El mercado laboral ha cambiado significativamente en los últimos años y requiere más flexibilidad y la aparición de nuevas opciones. Esto se debe a que muchos talentos y expertos dedican su trabajo a estudiar la productividad y el rendimiento de los empleados. Por lo tanto, muchas estrategias y acciones están siendo modificadas actualmente por otras donde la inclusión y la comunicación son fundamentales. Así es como nació el neuroliderazgo empresarial, que sigue contribuyendo a este trabajo como una estrategia probada con resultados sobresalientes.
En este artículo nos centraremos en ese neuroliderazgo tan importante dentro de las organizaciones, una nueva visión para líderes basada en los últimos avances en neurociencia.
¿Qué es el neuroliderazgo?
El neuroliderazgo es un método empresarial de gestión de recursos humanos que utiliza el conocimiento del cerebro para liderar grupos de empleados.
Esta disciplina se ocupa de comprender la relación entre la gestión y la interacción entre los individuos. Clarifica cómo estos comportamientos afectan al cerebro y toma en cuenta estos factores para determinar cuáles son las cualidades más importantes de un líder. Por lo tanto, se ha vuelto importante en el entorno laboral asegurar el uso del potencial de los empleados.
Los departamentos de gestión del talento o de recursos humanos deben incorporar estos estudios en el desarrollo de programas para poder ayudar a los líderes empresariales a comprender y comunicarse mejor con sus empleados. La neurociencia ayuda a los líderes a conectarse mejor con sus seguidores y a crear una comunicación más significativa y positiva entre ambas partes. Por eso, las técnicas de neuroliderazgo incluyen elementos verbales y no verbales, atención, observación y repetición, y personalización máxima de cada mensaje enviado a los empleados.
Principios del neuroliderazgo.
Los principios generales para aplicar el neuroliderazgo son los siguientes:
- El cerebro de todos es diferente. Esta premisa, que está íntimamente relacionada con los principios básicos que hemos mencionado, nunca debe olvidarse. Aunque creemos haber encontrado la clave para mantener un alto rendimiento en el trabajo, siempre habrá profesionales con procesos cerebrales diferentes.
- Se necesita un sistema de recompensas. Para que el cerebro perciba ciertos comportamientos como positivos, es muy útil crear un buen sistema de recompensas. De hecho, se trata de una aplicación de la conocida técnica del refuerzo positivo, en la que se premia el buen comportamiento para que los empleados lo internalicen.
- Información emocional. Los gerentes no pueden confiar únicamente en la profesionalidad de sus empleados o en cuestiones técnicas y objetivas. El cerebro responde más rápidamente a los estímulos emocionales, lo que resulta en un aprendizaje más importante para los empleados.
- La mente está estructurada para colaborar. Muchos gerentes se sorprenden al ver cómo los empleados que nunca antes habían trabajado juntos pueden colaborar para superar situaciones particularmente difíciles.
Las cualidades de un buen líder.
No hace falta decir que la imagen de un neurolíder es muy deseable para cualquier empresa. Para ello, es necesario fomentar las siguientes cualidades:
- Inteligencia emocional. Ya se ha mencionado esta característica y, por supuesto, es muy relevante para la neurogestión. Los líderes de equipo deben ser capaces de reconocer las emociones y desarrollar empatía hacia los empleados.
- Facilidad para aprender. Comprender la lógica del comportamiento de los empleados y los procesos mentales no es fácil. Un buen líder debe tener la capacidad de aprender y también ser capaz de retener lo que ha aprendido para poder usarlo cuando sea relevante.
- Interés por los trabajadores. Todo líder debe tener esta cualidad, ya sea que use principios de neurociencia o no. Para comprender verdaderamente a los empleados, debe preocuparse realmente por su situación. De lo contrario, es difícil comprenderlos lo suficientemente bien como para aplicar las teorías neuronales del liderazgo.
- Actitud de diálogo. De poco sirve intuir los procesos cerebrales y sentimientos de un empleado si luego no se puede establecer un diálogo sereno y constructivo con él. Un gerente no puede esperar que los empleados entiendan su mensaje y tomen la acción deseada en todas las situaciones. Es práctico formular discursos claros, didácticos y coherentes para cada situación individual.
- Habilidades de negociación. Cuando los empleados están bajo algún tipo de estrés, sus reacciones suelen ser impredecibles. Como resultado, pueden surgir conflictos entre ellos, y estos conflictos pueden, en última instancia, afectar las operaciones de la empresa. La neurogestión también requiere habilidades de negociación para encontrar puntos en común entre los empleados y garantizar un buen ambiente en la oficina.
Beneficios del neuroliderazgo en los colaboradores.
Aplicar esta tendencia al lugar de trabajo tiene muchos beneficios para los gerentes. A continuación, mencionamos los más significativos:
- Efectividad en la toma de decisiones.
- Mayor autocontrol.
- Capacidad para coordinar adecuadamente actividades y labores diarias.
- Eficiencia en la delegación de tareas.
- Autonomía en los colaboradores.
Para mejorar el rendimiento de la organización, podría ser una buena idea realizar un curso de neuroliderazgo en recursos humanos. Esto puede mejorar enormemente el negocio y, por lo tanto, los resultados se verán reflejados de inmediato.
Es importante evaluar estas características en los procesos de reclutamiento , logreando identificar las capacidades de nuestros colaboradores, Entre estas se destacan pruebas psicotécnicas, de inteligencia, ética, honestidad y valores, entre otras. Pruebas disponibles en nuestro catalogo de Evalart.